
Casi incrédulo de su propia obra, Johannes examinó el tubo de ensaye. Un liquido turbio de color naranja se alojaba en el pequeño cilindro.
-Por fin.- Musitó y se dispuso a probar el invento en su propia persona.
Era lo que correspondía en casos como éste.
1 comentario:
Mmmmm, porque todos los cientificis tiene que ser locos? :p
Pocamadre como siempre.
Aunque en verdad estaba asustado por la blancura de tu blog en dias pasados.
Saludote
Publicar un comentario