-¿Y bien?- Preguntó Tenesmo, impaciente - ¿Porqué tardas tanto en darme la pócima? ¿Es que tengo que decirte cómo hacer todo? ¡Eres un inútil!
Augusto parecía no escuchar y, con aire reflexivo, observaba a contraluz aquel líquido anaranjado y turbio. Poco más de trecientos (300) mililitros (ml.) eran más que suficiente.
-¡Pero, idiota! ¿Te crees que tengo todo el día? ¿Me puedes decir porqué demonios tardas tant...
Tenesmo no pudo terminar porque Augusto lo mandó a volar de un fuerte soplido y, en un acto de traición insospechado, apuró el líquido anaranjado y turbio de un solo trago.
La pócima hizo efecto casi instantáneamente.
3 comentarios:
Me encanto tu minificcion!! buenisima!!!! felicidades por tu trabajo, es genial!!!
Insisto que ya es muy necesaria la publicación de tu libro.
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