07 enero 2009

El Cuadernito VI

Cuando faltaban unos minutos para cerrar la biblioteca, Gregorio decidió sentarse en un rincón apartado para escribir su nota diaria en el cuadernito que llevaba a todos lados.

Aunque Gregorio no lo recordaba, la idea de usar un cuadernito como diario había sido de su madre.

-En lugar de estar hablando tanto y haciendo ruido - Le dijo un día -apunta todo lo que quieras decir en este cuadernito y, cuando cerremos la biblioteca, me lo das para leerlo. - No costó trabajo convencerlo. Gregorio era, ya desde entonces, bastante sumiso.

A pesar del convenio con su madre, algo le decía al joven Gregorio que la nota de ese día en particular no debía ser leída por nadie más que por él mismo. Algo había de extraño e increíble en los hechos que refería su pluma esa tarde. No, decididamente no le mostraría el cuadernito a su madre esa tarde.

La nota diaria de Gregorio hablaba sobre su padre.

1 comentario:

Diablos dijo...

¿Se parece a tu historial esta narración, Adriano? Me agrada mucho el tono vivencial del relato. Transporta de la mano y montado sobre un carrusel musical. Lleva al lector con armonía y goce estético. Bien por tus narraciones. Bien por tus garabatos. ¿Qué te late más, dibujar a mano o iluminar digitalmente?
Cámara, el Adriano.