25 mayo 2008
Número Equivocado
Era ya noche cuando el timbre del teléfono repicó furiosamente. Domingo a las 11:30 de la noche, para ser precisos.
Con tranquilidad maquinal, Celio Barrientos suspendió su lectura para responder el aparato.
- ¿Bueno?
- Sí, disculpe ¿se encuentra Alfredo? -Preguntó una voz familiar.
- No, aquí no vive, está equivocado.
- Disculpe ¿marqué al 55298510?
- Sí, aquí es, pero aquí no vive Alfredo.
- Es que ese es el número que me dieron.
- Es posible, pero aquí no vive ningún Alfredo.
- Oiga, ¿ y usted no lo conoce? es alto, con papada y usa mucha loción.
- ...No... eh, yo no conozco a ningún Alfredo.
-¿Seguro?
- Pues sí, sí. Bastante seguro.
- Oiga, es que me urge comunicarme con él.
- Pues, sí, es posible, pero aquí no vive Alfredo ni conozco yo a ningún Alfredo.
- ¡Híjole, pues ni hablar! Usté disculpe, ¿eh?
- Sí, está bien, adiós.
Por tercer domingo consecutivo, Celio colgó el aparato telefónico y se quedó pensativo. Con éste, iban tres domingos seguidos que, exactamente a las 11:30 de la noche, la misma persona llamaba por teléfono para buscar a Alfredo con similares resultados. Celio empezaba a sospechar que ya no se trataba de una coincidencia.
En la cabeza de Celio empezó a gestarse gradualmente una idea, tímidamente primero y después con más y más violencia hasta convertirse en una obsesión incontrolable. Tenía que encontrar a Alfredo. Encontrarlo y matarlo.
Parecía lo más lógico de hacer.
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3 comentarios:
CELIO!
aguebooo
el nombre quenipintado!!!!
jajajajajaja
Parece, o se me antoja como para el principio de un relato de más largo aliento. Cierto que ahí acaba, y está bien, ta' cotorro, no obstante pienso que se le podría sacar más hebra...
geeeenial. A mi me pasa eso, cada vez q hablan los de regio gas!!
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