09 septiembre 2008

Carta Abierta a un Ladrón

Empiezo con los agradecimientos, no sea que pienses que soy ingrato.

Te agradezco, sobre todo, que seas un ladrón “a la antigua”. En estos tiempos de balazos y cuchilladas, tú optaste por entrar a la casa de manera subrepticia, secreta, evitando en todo momento la confrontación. Esa es una elegancia que se aprecia.

Te agradezco, también, que no hayas robado ni lastimado aquellos objetos sin un valor intrínseco, tales como mis dibujos, computadora, discos y libros. También es de notarse que mis instrumentos musicales fueron respetados rigurosamente, lo que sea de cada quién.

¿Qué te reprocho? Te reprocho, sobre todo, que hayas lastimado el escritorio, herencia de mi abuelo, en un afán de esculcar sus cajones que, por otra parte, no contenían más que documentos y papeluchos sin importancia a tus intereses. Te reclamo, además, el haber robado el anillo de bodas de mi querida abuela, el reloj que con tanto esmero guardó sin usar durante tanto tiempo, el camafeo que se ponía con el sueter rojo y, en fin, te reprocho el haberme arrebatado los últimos vestigios de la poca herencia de mi abuela. Ahora, sólo me quedo con su recuerdo, ese es sólo para mí.

De ti me llevo el pensamiento de tus uñas hurgando entre los cajones de mi buró, el de la duda constante sobre tu identidad. Me llevo, además, la insólita muestra de tu rudimentaria caligrafía.

Que no se diga que no pierdo con estilo, estoy seguro que yo soy el primero en darle seguimiento a tus acciones, mucho más que tus otros clientes, mucho más que la policía. Eso acabo de constatarlo.

Sin más por el momento, mando un afectuoso saludo, a ti y a tu chingada madre.

Adriano

9 comentarios:

patricio.betteo dijo...

Construyes toda una joya epistolar.

Pero... alejémonos de los aplausos, para preguntarte más discretamente:

Is that true???

Adrián Pérez Acosta dijo...

Muy cierto Patito, muy cierto ¿Recuerdas esas malas noticias de las que te hablaba?

Ya te contaré con más calma.

Un abrazo.

Luis Sopelana dijo...

Juesupú.

Al menos regodéate en la satisfacción de que lo hizo porque en el fondo, en la superficie y en todo lo demás, es un Pinche Jodido, cosa que afortunadamente no somos.

Un abrazote.

Ericka dijo...

Ay que mal! Lo siento mucho :(

Vidita dijo...

Lo que mas admiro de ti es tu templanza ante un hecho tan horroroso. UN ROBO. Y jamás te robará lo que tienes en la cabeza y en las manos y en el corazon...TU ERES ESO ADRIANO...no eres las cosas que te rodean...perder de una manera tan burda cosas tan simbolicas duele y te entiendo mas de lo que piensas.

Todo mi apoyo.


P.D. PINCHE POLICIA COMPLICE.

dosveces9 dijo...

No manches, y mi tía que se quejaba de uno que entró a robarle sus cuchillos, sus sartenes y su licuadora :S, seguro que ese quería ser chef :P...
Un abrazo afectuoso y pues nada, mi mamá siempre dice: "Que bueno que quedo en lo material y que no paso a algo mayor", así que hay que verlo por el lado amable!!
Besos (:

ÚXKR dijo...

No ma!!!

Que cabrón jodido.

Ya ni Pex Adriano, lo malo es que esos cabrones no tienen ni la mas minima idea del valor de las cosas que se llevaron.

Saludote

Adrián Pérez Acosta dijo...

Gracias a todos por su empatía. Como alguna vez dijo Pato, este es un gran foro para exteriorizar el enojo y atacar la frustración mediante la catarsis. Viva Blog.

Sope: Pues sí, en el fondo pobre wey. Un abrazote back!

Ericka: Mil gracias, ya ni hablar.

Vidita: Mil gracias por lo que me dices y, pues sí, mi persona se queda conmigo. Gracias por el apoyo y un abrazo.

PD: Ya sea por omisión, por negligencia o por fallas estructurales, la policía funge como cómplice. Dificil bronca sin solución a corto plazo.

Kathy: ¡Qué curioso robo el de los sartenes! sin duda un cocinero sin ganas de gastar.

Estoy de acuerdo en lo que dices y movámonos a lo que sigue.

Besos back.

Oscar: Pues sí, ellos se llevan dinero facil y a uno lo dejan con frustración, enojo y tristeza por el valor simbólico de lo perdido. Pero let's move on! a otra cosa butterfly.

Saludos.

Saknú dijo...

Es lamentable que robaran esas cosas cuyo valor era mayor por los recuerdos y la estima que por los pesos que obtendrá en un tianguis o en el monte donde ha de empeñarlos.

Me da gusto que no tocara tu trabajo.

Me levanto y aplaudo, uniéndome a tu voz en una sonora mentada de madre a todos aquellos que han optado por esa vida fácil.